El 17 de junio escribía sobre el Parque Inundable La Marjal, aventurando sobre su futuro, en función del interés que, desde el Ayuntamiento de Alicante, se prestara a su mantenimiento.
Hoy sigo pensando que es el embrión de un magnífico parque. Magnífico, pero también en su superficie y en la cantidad de especies arbustivas y arbóreas. Tantas, que es materialmente imposible que un solo jardinero lleve a cabo la ingente tarea de limpiar, podar, desbrozar, etc.
Pues como "lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible" este parque seguirá, si nuestro gobierno municipal no lo remedia, el camino de tantos jardines de la ciudad, que han sucumbido al abandono. Y así ocurrirá, de no asignar más medios en su mantenimiento.
La proliferación de malas hierbas ha llevado a que haya zonas donde sólo subsisten éstas, habiendo desaparecido las plantadas en su día. Hay zonas para la recogida de aguas que están anegadas de tierra y no podrán cumplir su función. Hay infraestructuras de riego tapadas y un largo etcétera.
Por si fuera poco, algún/os ciudadano/s poco civilizado/s se ha/n dedicado a quitar carteles que indicaban la prohibición de circular con bicicleta o entrar mascotas, lo que asegura- de seguir así- su degradación.
Imperará en el nuevo Ayuntamiento el amor a la naturaleza o la convicción de que mantener las infraestructuras es beneficioso ?
El tiempo lo dirá, aunque esperemos que no transcurra demasiado en resolverse la incertidumbre.
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